Cuando hablamos de sustentabilidad no debemos olvidar que no solo nos referimos a la preservación de la biodiversidad, sino también al menor riesgo potencial que se le causa al medio ambiente y al menor consumo de energía posible cuando se transforma una especie vegetal en algún o algunos productos novedosos.
La especie vegetal de la que hablaremos es la “Sucupira Branca” conocida científicamente como Pterodon emarginatus, es una especie endémica de Brasil que se encuentra de forma natural en los estados de Minas Gerais, São Paulo, Goiás y Mato Grosso do Sul. Se trata de un majestuoso árbol, con una copa piramidal de 5 a 16 m de altura, un tronco con 40 a 60 cm de diámetro, con flores y capullos de color púrpura. Una característica peculiar de esta especie es que se pueden ver sus raíces formando expansiones denominados patatas sucupira.
En la región Centro-Oeste de Brasil, existen reportes del uso de té de la cáscara para infecciones ginecológicas. Entre otros usos populares, también se incluye el tratamiento del reumatismo, trastornos respiratorios e inflamación. Todo esto despertó el interés de diferentes investigadores los cuales han dedicado su tiempo y esfuerzo a estudiar las propiedades químicas y medicinales de esta especie.
En diciembre del 2020 se desarrolló un estudio en el Laboratorio de Investigación, Desarrollo e Innovación en Bioproductos de la Universidad Federal de Goías (UFG, Brasil) por Ortiz-Zamora y colaboradores en el cuál descubrieron que es posible utilizar los frutos de la Sucupira Branca, como materia prima natural para la preparación de nano emulsiones, mediante un uso sostenible de la biodiversidad.
Para la obtención del aceite esencial que se usó para el desarrollo de las nano emulsiones, los investigadores decidieron utilizar la hidrodestilación, con un solvente no tóxico en lugar de solventes orgánicos. En la preparación de las nano emulsiones, utilizaron el método de emulsificación de baja energía a temperatura ambiente (25 ± 2 ◦C) por ser más accesible y económicamente viable con un diseño racional de mezclas de tensoactivos no iónicos (polisorbato 80/trioleato de sorbitán), obteniendo así un producto que fue reproducible y estable físicamente a largo plazo por al menos 540 días en almacenamiento. Como parte de este estudio se realizaron ensayos de toxicidad con el fin de evaluar los riesgos potenciales que pudiera o no tener la nano emulsión. Los resultados mostraron que podría considerarse como un producto no irritante.
Durante el estudio se identificaron 29 compuestos, correspondientes al 96,07% de la composición total. Los compuestos más abundantes fueron los sesquiterpenos β-cariofileno (25,90%), D-ermacreno (12,07%) y β-elemeno (10,66%), los cuales ofrecen ventajas como, la mejora de la permeabilidad de la piel, propiedad que los hace interesantes para la nano medicina.
Sin duda esta investigación nos acerca más al desarrollo de sistemas nanotecnológicos no tóxicos, con un concepto sostenible y ecológico que sean más eficaces y estables derivados de especies vegetales novedosas importantes para el futuro de la industria farmacéutica.
VERÓNICA BAUTISTA ROBLES
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